p En un encuentro que marcó varios momentos inéditos, Shohei Ohtani, quien en la imagen es puesto en out en primera por Jake Cronenworth, de San Diego, fue el más aclamado por la afición coreana al reconocerlo como ídolo y olvidar una rivalidad histórica con Japón.

Los Dodgers arrancan la era Ohtani y la temporada con victoria

Los Dodgers de Los Ángeles levantaron el telón de su era con Shohei Ohtani con una memorable victoria en una noche que marcó varios momentos inéditos.

Un sencillo remolcador del japonés coronó el racimo de cuatro carreras de la octava entrada en su debut con Los Ángeles, que derrotaron 5-2 a los Padres de San Diego en la apertura de la temporada regular y primer juego histórico de las Grandes Ligas en Corea del Sur.

Sentí que pudimos haber anotado más carreras. No estoy tan nervioso cuando bateo como cuando lanzo, así que pude estar relajado en el plato. Lo más importante es que ganamos, aun regresando tarde en el juego, eso demuestra que somos un equipo realmente bueno, dijo.

Al menos por unas horas, la clásica rivalidad entre Corea del Sur y Japón desapareció para rendir pleitesía a la estrella asiática.

Nuestra atmósfera social ha dificultado en muchas ocasiones que nosotros digamos abiertamente que nos gusta Japón, admitió Lee Jon-sung, experto en cultura deportiva de la Universidad Hanyang de Seúl. Creo que Ohtani quizá sería el primer deportista japonés que podemos nombrar. Quizá algunos incluso lo consideran un ciudadano coreano honorario.

Ohtani se fue de 5-2 en su primer partido desde su salida de los Angelinos de Los Ángeles, con un contrato récord de 700 millones de dólares y 10 años con los Dodgers. Unos 15 mil 952 aficionados acudieron al Gocheok Sky Dome en Seúl.

En un escenario tan ruidoso como en el que se desarrolló el juego, el sonido de la multitud era diferente cada vez que se anunciaba a Ohtani. La anticipación cuando tomó el plato en sus cinco turnos al bate fue palpable. Incluso sus faltas provocaron las reacciones más fuertes.

Su desempeño incluyó fuerza y velocidad. El fenómeno japonés dio un batazo de 180 kilóme-tros por hora en la tercera entrada que fue sencillo –su primer hit con Los Ángeles en temporada regular–. Acto seguido, se robó su primera base vistiendo el uniforme azul.

En la explanada del Gocheok Sky Dome, la gran mayoría de las camisetas que usaban los fanáticos presentes eran las número 17. Incluso en un equipo lleno de estrellas, Ohtani continúa atrayendo la mayor atención.

Una amenaza de bomba no afectó la antesala del juego. La policía de Corea del Sur dijo que no encontró ningún explosivo en el estadio tras una exhaustiva búsqueda. Cer-ca de 150 elementos utilizaron perros de rastreo, detectores de rayos X y otro equipamiento, pero no detectaron ningún objeto sospechoso.

No todo fue felicidad para el japonés, pues su intérprete fue despedido después de interrogatorios sobre al menos 4.5 millones de dólares en transferencias bancarias enviadas desde su cuenta a una operadora de apuestas.

Ippei Mizuhara, viejo amigo de Ohtani, contrajo deudas de jue-go con una operadora del sur de California que está bajo investigación federal.

Al responder a las recientes consultas de los medios, descubrimos que Shohei ha sido víctima de un robo masivo y estamos entregando el asunto a las autoridades, se lee en el comunicado emitido por los abogados del jugador.

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